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Malka Mekler

AIoT: seguridad y eficiencia para el futuro del Internet de las Cosas

La tecnología permite la validación descentralizada de transacciones, reduciendo riesgos de ciberseguridad y mejorando la eficiencia en el IoT.

En un mundo cada vez más digitalizado e interconectado, la preocupación por la ciberseguridad crece entre los usuarios. Recientemente, el colapso mundial de Microsoft dejó a millones de personas sin acceso a herramientas críticas en empresas públicas y privadas, evidenciando la vulnerabilidad de nuestros sistemas y la urgente necesidad de soluciones más seguras.


De acuerdo con The Conversation, nos dirigimos hacia una realidad en la que todos nuestros dispositivos electrónicos, tanto en casa como en el trabajo, se comunican entre sí sin ningún coste adicional. Sin embargo, la protección de nuestros datos personales y la autenticidad de los productos que compramos son cuestiones cada vez más apremiantes. Aquí es donde la AIoT, o IOTA, una tecnología emergente, se presenta como una solución prometedora.


Imagine que en su barrio todos los vecinos se ayudan mutuamente con pequeñas tareas, llevando un control en una libreta común sin necesidad de un jefe. Esta libreta es administrada por todos y es difícil hacer trampa sin que los demás lo noten. Así funciona IOTA, una tecnología de registro de transacciones distribuido que, a diferencia de blockchain, no agrupa las transacciones en bloques, sino que permite que estas se realicen simultáneamente y de manera colaborativa, haciendo el sistema más rápido y eficiente en términos de energía.


Una de las mayores preocupaciones del Internet de las Cosas (IoT) es la seguridad, ya que cada dispositivo conectado puede ser un punto de acceso para hackers. IOTA aborda este problema mediante la validación de cada transacción por diferentes nodos, dificultando el compromiso del sistema. Esta característica también es atractiva para la trazabilidad de productos, permitiendo a los consumidores rastrear todo el proceso de producción y distribución de los bienes que adquieren, mejorando la transparencia y previniendo fraudes.


La Comisión Europea está trabajando en la implementación de una identidad digital segura para los ciudadanos europeos, y ha elegido a IOTA para el Sandbox Europeo de Blockchain en 2024. Esto permitirá convertir documentos de identificación a un formato digital manejable desde un teléfono, verificando la identidad sin compartir información personal innecesaria. Este avance es crucial, ya que la nueva normativa europea requiere que la cartera digital esté disponible para todos los ciudadanos europeos en 2026, protegiendo la privacidad y seguridad de los datos personales.


El futuro de IOTA no se limita al IoT o la identidad digital. En el sector de la salud, podría facilitar el intercambio seguro de datos médicos entre hospitales, mejorando la atención al paciente. En logística, garantizaría la trazabilidad completa de los envíos, reduciendo pérdidas y fraudes. La adopción de IOTA promete transformar múltiples sectores, ofreciendo soluciones seguras y eficientes para un mundo cada vez más interconectado.


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