Gartner reveló que la mayoría de los líderes empresariales priorizan la inteligencia artificial para impulsar el crecimiento rentable, pero advierten sobre los desafíos organizacionales que enfrentan.
En un reciente informe de Gartner, se reveló que una clara mayoría de CFOs (62%) y CEOs (58%) considera que la IA será la tecnología con mayor impacto en sus industrias durante los próximos tres años. Esta percepción refleja un cambio profundo en la visión estratégica de las empresas hacia la tecnología, impulsada por la promesa de la IA para transformar procesos, mejorar la eficiencia y abrir nuevas oportunidades de negocio.
De acuerdo con Data Center Dynamics la encuesta, que abarcó el segundo semestre de 2023, subraya que tanto CFOs como CEOs están priorizando el crecimiento rentable. Esta orientación está profundamente entrelazada con la adopción de tecnologías avanzadas como la IA, que se vislumbra como un catalizador clave para alcanzar esos objetivos.
No obstante, aunque los líderes empresariales reconocen el potencial de dicha tecnología también son conscientes de los desafíos organizacionales que implica su implementación en un horizonte de tiempo relativamente corto.
El análisis de Gartner destaca que la tecnología, junto con la fuerza laboral, es una de las principales prioridades estratégicas para las organizaciones. Sin embargo, la adopción de la IA no solo se trata de implementar una nueva tecnología, sino de gestionar expectativas y preparar a las organizaciones para los cambios estructurales y operativos que esta transformación demandará.
A pesar de la percepción positiva generalizada, los CFOs muestran una mayor preocupación por los desafíos relacionados con el talento, particularmente en el contexto de la IA. Si bien esta tecnología promete optimizar costos y aumentar la productividad, también requiere de nuevas habilidades y capacidades dentro de las empresas.
Los CFOs están explorando enfoques innovadores para cerrar estas brechas de talento, conscientes de que la falta de personal calificado podría ralentizar el ritmo de adopción y, por ende, el retorno de la inversión en IA.
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