La herramienta que convierte al chatbot en un asistente digital más versátil, capaz de programar recordatorios y gestionar tareas recurrentes. Cómo funciona.
ChatGPT, el popular chatbot de OpenAI, sigue evolucionando para competir con los asistentes digitales tradicionales como Siri y Alexa. Su nueva funcionalidad, llamada Tasks, permite a los usuarios programar recordatorios y realizar tareas específicas en horarios definidos, una capacidad que lo acerca a los asistentes de la vieja escuela, pero con la potencia y flexibilidad de un modelo de lenguaje avanzado.
Actualmente en fase beta y disponible exclusivamente para suscriptores de los planes Plus, Team y Pro, Tasks permite a los usuarios asignar tareas a ChatGPT mediante comandos de lenguaje natural, como “Recuérdame revisar este documento mañana a las 10 a. m.”. Además, los usuarios pueden gestionar tareas recurrentes y ajustar las programadas desde una nueva sección en las aplicaciones de ChatGPT.
Esta función admite hasta 10 tareas simultáneas, y las notificaciones para ejecutarlas llegan puntualmente a través de las versiones móviles y de escritorio de la aplicación.
El lanzamiento de Tasks marca la entrada de OpenAI en el prometedor campo de la inteligencia artificial agente. Este enfoque busca que las aplicaciones de IA operen de manera autónoma dentro de límites definidos, reduciendo la carga de tareas repetitivas para los trabajadores del conocimiento. Aunque aún en sus primeras etapas, esta tecnología tiene el potencial de revolucionar sectores empresariales al proporcionar herramientas más eficientes y adaptadas a las necesidades de los usuarios.
Sin embargo, este tipo de desarrollos conlleva desafíos. Los modelos de lenguaje de gran escala, como ChatGPT, son costosos de construir, entrenar y mantener. Por ello, OpenAI busca convertir funciones como Tasks en un servicio lucrativo para empresas, con la expectativa de que puedan mejorar significativamente la productividad.
Mientras OpenAI avanza, gigantes tecnológicos como Apple y Amazon trabajan en integrar capacidades basadas en modelos de lenguaje en sus asistentes digitales, Siri y Alexa, respectivamente. Aunque estas empresas enfrentan desafíos relacionados con la fiabilidad y las “alucinaciones” (respuestas erróneas generadas por la IA), el objetivo común es claro: lograr una IA más inteligente y autónoma.
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