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Malka Mekler

China Telecom presenta su primer superordenador nacional

El Central Intelligent Computing Center fue diseñado para entrenar modelos de lenguaje de IA de gran tamaño.



China continúa liderando en el ámbito de la supercomputación con el lanzamiento de su primer superordenador completamente chino, denominado Central Intelligent Computing Center. El ordenador fue desarrollado por el operador de telecomunicaciones China Telecom y cuenta con innovador sistema diseñado específicamente para abordar el entrenamiento de modelos de lenguaje de IA de gran escala.


Aunque no es el primer superordenador con componentes de hardware y software desarrollados en China, el Central Intelligent Computing Center destaca por ser el primero en no incorporar ninguna tecnología extranjera, según sus creadores. Este logro marca un paso crucial hacia la independencia tecnológica que China busca, con el objetivo de resguardar su desarrollo ante las sanciones implementadas por Estados Unidos y sus aliados, de acuerdo a información publicada por Xataka.


La máquina pretende ser un escaparate de la capacidad técnica del país liderado por Xi Jinping. A pesar de esto, la información disponible sobre sus características técnicas es limitada por el momento, con la empresa revelando solo algunos detalles sobre su capacidad para manejar modelos de lenguaje de gran tamaño con millones de millones de parámetros.



La coincidencia temporal del lanzamiento de este superordenador con las declaraciones de Gina Raimondo, Secretaria de Comercio de Estados Unidos, agrega un matiz interesante al contexto. Raimondo ha propuesto limitar a las empresas chinas el uso de servicios en la nube proporcionados por gigantes estadounidenses como Amazon, Microsoft y Google para entrenar sus modelos de inteligencia artificial. Precisamente, es para esta tarea que se concibió el superordenador de China Telecom.


La incertidumbre persiste en torno a ciertas especificaciones clave del Central Intelligent Computing Center. No se ha revelado qué procesadores incorpora, dejando abierta la posibilidad de que utilice chips como el Zhaoxin KaiSheng KH-40000 con arquitectura x86-64 o la CPU de 32 núcleos 3D5000 de Loongson, basada en la arquitectura MIPS. La falta de detalles también se extiende a la potencia de cálculo real del superordenador, un dato que las compañías chinas suelen mantener con discreción, generando especulación sobre la medida de rendimiento que podría alcanzar.


Este superordenador, al margen de las dudas técnicas, simboliza el primer paso en un camino que el país está dispuesto a recorrer para proteger y fortalecer su presencia en el ámbito de la supercomputación.


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