El 75% de las corporaciones adoptarán soluciones de bajo código para 2025, impulsando la eficiencia y productividad mediante aplicaciones desarrolladas por citizen developers.
En el marco del Tech Day Puerto Rico 2024, el reconocido encuentro de tecnología que se lleva a cabo por primera vez en el país, tuvo lugar la conferencia titulada "Citizen Developer: La Democratización de la Tecnología", a cargo de Camilo Tovar, Strategic Account Manager de ManageEngine. Durante la charla, se exploró una tendencia emergente que está transformando la forma en que las organizaciones abordan el desarrollo de aplicaciones: el concepto de los "citizen developers".
Estos se destacan por ser una persona sin conocimientos avanzados en desarrollo web o sin formar parte de un equipo de TI que, sin embargo, es capaz de crear aplicaciones utilizando un mínimo de código. Esta capacidad es facilitada por el uso de plataformas de bajo código, que permiten a los usuarios diseñar y desplegar soluciones personalizadas para sus necesidades específicas sin enfrentar las complejidades tradicionales de la programación.
La tendencia hacia los "citizen developers" surge en un contexto donde la automatización se ha convertido en una prioridad. Tovar destacó la importancia de este enfoque al señalar: “Si existen tareas rutinarias y las podemos automatizar, ¿por qué no hacerlo?” Esta filosofía refleja el objetivo de las organizaciones modernas: aumentar la eficiencia y la productividad a través de herramientas que simplifican los procesos sin requerir un conocimiento técnico profundo.
El interés por las aplicaciones de bajo código ha crecido rápidamente. Según datos presentados, en 2020 el 24% de las corporaciones ya contaban con iniciativas de este tipo, y se proyecta que para 2025, esa cifra alcance el 75%. Este crecimiento refleja una demanda creciente de aplicaciones que permitan a las organizaciones ser más dinámicas y responder con agilidad a los cambios del mercado.
Los beneficios de las aplicaciones de bajo código son numerosos. Además de mejorar la eficiencia y la productividad, reducen la necesidad de conocimientos específicos de programación y eliminan las dificultades de integración e implementación asociadas con el desarrollo convencional de software. Estas herramientas también optimizan recursos, ahorrando costos y aumentando la flexibilidad en el desarrollo de aplicaciones.
Tovar enfatizó que el verdadero valor de estas soluciones radica en su capacidad para mejorar la experiencia y satisfacción del usuario, escalando la calidad de las aplicaciones a través de una mayor colaboración entre usuarios y desarrolladores. “El mejor camino a seguir es la creación de aplicaciones sofisticadas de clase empresarial, estas pueden ser creadas como productos”, concluyó Tovar.
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