Entrevista con Albert Paredes, CEO de SoftwareCraft, empresa de nearshoring que hace funcionar en Costa Rica departamentos tercerizados de soft para empresas estadounidenses, donde todos sus ingenieros trabajan desde su casa.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en América Latina, al menos 23 millones de personas trabajaron de forma remota durante la pandemia. Y los ingenieros de software no fueron la excepción.
Basta con hacer una búsqueda en LinkedIn para encontrar distintas opciones de trabajo remoto para ingenieros de Sistemas, un fenómeno que no se observaba en la misma magnitud antes de la crisis del COVID-19.
En México, por ejemplo, durante 2022, los empleos de home office en TI representan el 23,5% del total de las ofertas de trabajo. Pero este cambio cultural y del mercado laboral ¿qué retos plantea a las empresas? De eso conversamos con Albert Paredes, CEO de SoftwareCraft, una empresa de nearshoring responsable de poner a funcionar en Costa Rica departamentos de Ingeniería de Software tercerizados para empresas estadounidenses, donde todos sus ingenieros trabajan desde casa.
¿Cuáles son tres claves indispensables para hacer funcionar un equipo de Ingeniería de Software 100% remoto?
Lo primero es la comunicación entre el equipo, que todos estén al tanto de cómo se está desarrollando el proyecto. Se pueden utilizar plataformas como Zoom, Teams, Slack o Trello para reuniones o planeamiento y seguimiento de los proyectos.
En segundo lugar, siempre es útil implementar procesos de desarrollo de software ágiles, con periodos cortos de trabajo, en bloques de una o dos semanas, donde el trabajo se enfoque en resultados.
Y, por último, yo diría que es indispensable proveer a los colaboradores de los equipos y facilidades apropiadas para poder desarrollar sus funciones, como Internet y equipo tecnológico.
¿Pero qué pasa si algún ingeniero sufre un inconveniente en su casa un día o no tiene las condiciones para desempeñarse en modalidad home office?
En mi experiencia, es necesario tener un plan B. Es decir, contar con un espacio de coworking o una oficina disponible en caso de que algún colaborador lo necesite.
También aprovecho para hacer un llamado a la empatía y la comprensión de que no todas las personas tienen el entorno ideal en casa, por lo que ofrecer el respaldo de un lugar seguro y acondicionado para trabajar es un buen insumo para retener el mejor talento.
Además de los factores que ya usted mencionó, ¿cómo puede una empresa mantener un equipo cohesionado y comprometido, aunque los ingenieros trabajen de forma remota, incluso en un país distinto?
El Work Trend Index de Google arrojó cifras reveladoras sobre cómo las personas han dejado su trabajo o están pensando en hacerlo, porque sus prioridades cambiaron tras la pandemia. Ahora se enfocan más en su salud y bienestar y por eso prefieren puestos virtuales o híbridos. Ante esto, hay que crear ambientes laborales flexibles y de confianza.
El estudio concluye que el 76% de los consultados permanecerían más tiempo en una empresa si recibieran apoyo para su aprendizaje y desarrollo. Hay que ofrecer oportunidades de crecimiento profesional con capacitaciones técnicas o a través de un coach, donde los colaboradores sientan que adquieren nuevos conocimientos siempre.
También es una buena idea impulsar mentorías dentro de los equipos, e incluso, habilitar cursos de inglés para nivelar al equipo y que todos puedan interactuar con los directivos que están en Estados Unidos.
Las dinámicas de team building también pueden ayudar. Mantener algún tipo de actividad que una al equipo, aunque sea en formato virtual o híbrido.
Pero yo diría que lo más importante es que todas las personas conozcan cuál es su contribución a la empresa, que reciban un salario emocional y encuentren un sentido de propósito en sus labores cotidianas. Creo que a todos nos gusta sentir que nuestros dones, talentos y capacidades aportan a algo más grande que nosotros mismos.
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