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Redacción IT NOW

¿Cómo se pueden bloquear señales Wi-Fi?

Un análisis sobre los inhibidores de señal, o "jammers", y cómo se pueden aprovechar para proteger las conexiones inalámbricas.

El uso de bloqueadores o inhibidores de señal WiFi, conocidos como "jammers" en inglés, ha generado interés en algunos usuarios por motivos de privacidad, seguridad o simple curiosidad. Sin embargo, desde la compañía de ciberseguridad ESET advierten sobre los riesgos y posibles implicaciones legales de este tipo de prácticas. En lugar de bloquear intencionalmente las señales WiFi, sugieren emplear la tecnología de manera adecuada y respetando las normativas del país para proteger las conexiones inalámbricas.


La interferencia deliberada busca degradar o bloquear la calidad de una conexión WiFi, utilizando dispositivos llamados jammers, que generan señales que interfieren con la comunicación inalámbrica. Estos jammers emiten señales de radio en la misma frecuencia que la red WiFi, lo que dificulta la conectividad de los dispositivos y provoca una denegación de servicio.


Existen diferentes tipos de ataques de interferencia, como los Spot o de banda estrecha, que se enfocan en una frecuencia específica o un conjunto limitado de frecuencias, y los barrage o de banda ancha, que afectan un amplio rango de frecuencias y múltiples canales y dispositivos.


Los ataques de interferencia identifican un objetivo, como una red WiFi u otros dispositivos inalámbricos, y luego utilizan el jammer configurado para emitir señales de interferencia en las frecuencias específicas que se desean bloquear. Como resultado, las señales legítimas son bloqueadas, degradadas o saturadas.



Estos ataques pueden tener diversos efectos, como causar una denegación de servicio, donde los dispositivos no pueden conectarse o comunicarse correctamente, o provocar una reducción significativa en la calidad de la conexión, resultando en una transmisión lenta, pérdida de datos o interrupción de llamadas telefónicas.


ESET sugiere algunas formas seguras y autorizadas en las que la interferencia puede aplicarse en términos de seguridad:


1. Pruebas de seguridad y vulnerabilidades: Los equipos de ciberseguridad pueden simular ataques de jamming en un entorno controlado para evaluar la reacción de la red y desarrollar medidas de mitigación efectivas.


2. Evitar Rogue Access Points: Los jammers pueden ser utilizados para evitar puntos de acceso no autorizados que representen una amenaza para la seguridad de la red.


3. Protección contra fuga de información: La interferencia puede prevenir la transmisión inalámbrica no autorizada de datos y así proteger el intercambio de información.


4. Eliminar redes no autenticadas: Al dejar pocos canales de comunicación funcionales, se restringe la creación de redes maliciosas que buscan engañar a los usuarios.


“Es muy importante entender que el bloqueo intencional de señales WiFi no solo plantea serias implicaciones legales, sino que también puede tener un impacto negativo en las comunicaciones legítimas y vulnerar la confidencialidad de terceros. Por ello, en términos de seguridad se deben seguir las normativas del país donde se vaya a realizar la prueba, y contar siempre con autorización y completo conocimiento del objetivo de esta”, comenta Martina López, investigadora de Seguridad Informática en ESET Latinoamérica.


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