El país podría adoptar estrategias como la diversificación de proveedores del ENS5G para fortalecer la protección de su cadena de suministro tecnológica.
La llegada de la tecnología 5G marca un punto de inflexión en la conectividad global, abriendo puertas a una era de innovación sin precedentes, pero también exponiendo a los países a un panorama más complejo de riesgos cibernéticos. Costa Rica, reconocida por su papel como un hub digital en Centroamérica, enfrenta el desafío de implementar redes 5G de manera segura, protegiendo sus infraestructuras críticas mientras impulsa la adopción de esta tecnología. En este contexto, el modelo español, consolidado en el Esquema Nacional de Seguridad de Redes y Servicios 5G (ENS5G), ofrece un marco de referencia que podría guiar los esfuerzos costarricenses hacia una infraestructura más resiliente.
España dio un paso adelante con el ENS5G, una normativa que establece medidas estrictas de seguridad, planes de contingencia y sistemas de análisis de riesgos para garantizar el funcionamiento continuo y seguro de sus redes 5G. Este modelo involucra a toda la cadena de valor, incluyendo operadores móviles, fabricantes, proveedores tecnológicos y operadores de redes privadas, lo que asegura un enfoque integral en la gestión de riesgos.
Entre los puntos más destacados está la estrategia de diversificación de proveedores, que exige mantener una lista actualizada de vendors confiables para minimizar vulnerabilidades en la cadena de suministro. Además, la creación de un Centro de Operaciones en Seguridad 5G permite un monitoreo constante y una respuesta coordinada ante posibles incidentes de ciberseguridad.
Para Costa Rica, adoptar un marco inspirado en el ENS5G podría ser crucial en su transición hacia redes 5G. Este modelo no solo reforzaría la protección de sectores estratégicos como el financiero, energético y de telecomunicaciones, sino que también fomentaría la colaboración entre el sector público y privado, un aspecto esencial para abordar los desafíos de seguridad que acompañan a esta tecnología. Con una regulación que priorice la resiliencia, la confidencialidad de los datos y la protección de servicios clave, el país estaría en una posición privilegiada para liderar la región en seguridad digital.
Además, un esquema de seguridad robusto proporcionaría beneficios significativos en términos de confianza y competitividad. Garantizar la integridad de las redes 5G protegería los servicios digitales que sustentan la economía nacional, desde aplicaciones bancarias hasta plataformas de comercio electrónico, mientras crea un entorno seguro para la innovación tecnológica.
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