Científicos de Oxford desarrollaron una inteligencia artificial que identifica daños arteriales ocultos, ofreciendo nuevas esperanzas en la prevención de ataques cardíacos y otras enfermedades crónicas.
Un sistema de IA que podría revolucionar la prevención de ataques cardíacos está en fase de evaluación en el Reino Unido. De acuerdo con The Guardian, la tecnología, desarrollada por un equipo del Departamento de Medicina Radcliffe de la Universidad de Oxford, ha mostrado resultados prometedores en hospitales de todo el país y podría estar disponible a nivel nacional a finales de año, según el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención Médica (NICE).
Este avance, liderado por el profesor Charalambos Antoniades, tiene el potencial de identificar a las personas con alto riesgo de sufrir ataques cardíacos dentro de los próximos 10 años. La IA analiza datos de tomografías computarizadas (TC) para detectar anomalías que los métodos actuales no pueden identificar. Estas incluyen características de las placas coronarias y cambios en la grasa alrededor de las arterias inflamadas, proporcionando una evaluación más precisa del estado de las arterias cardíacas.
El estudio, publicado recientemente en The Lancet, demuestra que esta tecnología puede salvar miles de vidas al año al permitir intervenciones preventivas más efectivas. Los datos han sido validados en más de 40.000 pacientes en el Reino Unido, confirmando la capacidad de la IA para identificar factores de riesgo ocultos. Esto ha llevado a un cambio en el tratamiento en el 45% de los casos, con pacientes recibiendo dosis altas de estatinas o medicamentos como la colchicina para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares.
El profesor Antoniades destacó la magnitud del problema, señalando que más de 300.000 personas en Gran Bretaña se someten anualmente a TC debido a dolores en el pecho, y menos del 20% muestran obstrucciones arteriales. Sin embargo, alrededor de dos tercios de los pacientes considerados "seguros" sufren eventos cardíacos importantes posteriormente. La nueva tecnología de IA podría cambiar este panorama al proporcionar una herramienta más precisa para evaluar el riesgo.
El equipo también trabaja en sistemas similares para predecir accidentes cerebrovasculares y enfermedades como la diabetes, ampliando el impacto potencial de la IA en la medicina preventiva. La implementación de esta tecnología en el Servicio Nacional de Salud (NHS) depende de la evaluación en curso por parte del NICE, con una decisión esperada para finales de año.
La investigación ha recibido financiamiento de la Fundación Británica del Corazón y la tecnología ya ha sido aprobada para uso clínico en Europa, con evaluaciones en curso por la Administración de Alimentos y Medicamentos en los Estados Unidos. La adopción de esta tecnología podría significar un cambio significativo en la manera en que se previenen y tratan las enfermedades cardíacas, no solo en el Reino Unido sino a nivel global.
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