El 2020 nos llevó a buscar más y mejores formas de conectarnos en búsqueda de aquello que llamamos “la nueva normalidad”.
Por: José Virgilio Díaz Chávez
Las grandes crisis suelen ser aceleradores de tendencias y hoy son más que comunes las reuniones virtuales por alguna plataforma, aplicaciones para la productividad, el E-Lerning para capacitaciones, la mensajería instantánea etc. Todo esto a cambio de unos dólares o de algunos datos.
Los usuarios finales volteamos la mirada al Big Data y la seguridad de los datos, con la noticia de las nuevas condiciones de uso de WhatsApp, debido a que permiten a la plataforma compartir la información de sus usuarios con su empresa matriz.
Son noticias que alertan, aunque la solicitud de información por parte de aplicaciones y redes sociales lleva ya en nuestras vidas varios años. Existe entre nosotros, “los ciudadanos de a pie”, un constante y silencioso fantasma que recopila todas nuestras huellas y cada vez somos menos conscientes de eso, tal como nos lo conto Netflix, con su documental del “dilema de las redes sociales” ¿Cuánto peligramos?
Es claro que en los últimos cinco años se ha generado más información que en toda la historiade la humanidad. ¿Y seguimos presionando los botones de “next” y “aceptar” sin leer? Es parte de nuestra responsabilidad individual, leer los contratos y a partir de eso decidir.
En el documento de la Fundación Innovación Bankinter; Big Data, El poder de los datos, leemos a varios profesionales del sector, colocando en la palestra los beneficios y los retos que tenemos hoy frente al Big Data, y que se convierten en urgentes a partir de la pandemia, que incrementó el traslado de datos de las empresas a nuestros hogares y dispositivos personales.
El Big Data nos promete generar nuevas oportunidades de negocios, con la capacidad para revelar nueva información acerca de las “cadenas de valor” de una organización o de un sector, para abordar problemas de negocios,culturales o sociales.
Enel mismo documentoJohn Kotter, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard menciona que todo esto, implica pasos como: (1) establecer un sentido de urgencia (2) formar un equipo que lo lidere, (3) desarrollar una visión que lo dirija, (4) comunicar y transmitir la estrategia, (5) capacitar a los demás para actuar en consecuencia, (6) asegurar resultados a corto plazo, (7) consolidar y profundizar en las mejoras (8) institucionalizar los nuevos métodos para un continuo desarrollo. Sin esto, el desarrollo de la Big Data, está lejos de brindar las soluciones que hoy son facilitadas por la digitalización. El “superpoder” de los datos es obtener información valiosa, para predecir comportamientosy cambiarlos, optimizar el rendimiento operativo e innovar, para llevarnos a una transformación que se convierta en una verdadera ventaja competitiva.
El documento “YearoftheRat. TheStrategicConsequencesofthe Coronavirus Crisis” ejemplifica el punto, con el desastre de la lectura de datos y de su interpretación en casos como el ataque del 11 de septiembre, y en la actualidad la reacción considerada lenta de la Organización Mundial de la Salud, ante la pandemia del covid-19.
La sociedad hace un contrato, el contrato social que hemos firmado gira en torno a la comodidad de tener acceso a la información, bienes, personas y conectividad a cambio de información sobre nosotros. pero ¿cuánto de esto contribuye en una sana protección contra amenazas como las que estamos viviendo? Al final “Lo importante no es mirar a los datos sino relacionarlos con el contexto”.
La mayoría damos clic y aceptamos sin darnos a la tarea de saber que estamos aceptando, ni los riesgos que se toman, ni la privacidad a la cual renunciamos, debido a la urgencia que hoy requiere estar conectado. Realmente ni las personas, ni las organizaciones, ni los gobiernos de nuestra región entendemos en su totalidad cómo utilizar y menos proteger los datos, como interpretarlos o que “valor darles”. El Big Data permite más acceso y su inteligencia se puede usar para el bien o para el mal, razón por lo cual es menester saber quées lo que necesitamos, leer los contratos y así dar clic sobre “aceptar” si nuestra evaluación es positiva, luego de corroborar la evidencia a nuestro alcance.
Saber interpretar los datos integrando al ser humano en el aprendizaje y realizar dicha integración de manera responsable, es parte de nuestra propia ciberseguridad. ¿Es seguro tener datos en su smartphone? La realidad “depende”; ya que laúnica manera 100% segura de evitar un ataque es, no almacenar en él, nada que no queramos que otros vean, o roben. ¿Qué haremos? ¿no cocinaremos, porque el fuego quema? de nuevo,El Big Data, se puede usar para el bien y para el mal y hay que saber usarlo, por lo cual hay que saber qué información compartir.
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