Tras la controversia con la red social, ahora los productos de TP-Link parecen ser el nuevo foco de preocupación para legisladores estadounidenses, quienes advierten sobre riesgos de ciberseguridad y posibles accesos encubiertos a infraestructuras críticas.
La tensión tecnológica entre Estados Unidos y China no se detiene. Ahora, tras los esfuerzos por restringir el uso de TikTok, legisladores estadounidenses han puesto bajo la lupa a TP-Link, una de las marcas de routers más vendidas en Amazon, argumentando que podría representar un riesgo para la seguridad nacional.
Según el congresista Raja Krishnamoorthi (D-IL) y su colega John Moolenaar (R-MI), los routers de TP-Link presentan vulnerabilidades inusuales y, al estar sujetos a las leyes chinas, podrían ser utilizados para espionaje o ataques cibernéticos contra infraestructuras críticas. En una carta enviada al Departamento de Comercio en 2023, advirtieron sobre el peligro de que estos dispositivos sean utilizados por el gobierno chino para perpetrar ciberataques en territorio estadounidense, según publicó CNBC.
El debate sobre TP-Link recuerda el caso de Huawei, cuyo equipo de telecomunicaciones fue prohibido en 2020 y sujeto a un plan de "rip and replace" (retirar y reemplazar) debido a preocupaciones de seguridad. Krishnamoorthi sugiere que una medida similar podría ser necesaria, al menos en agencias gubernamentales, el Departamento de Defensa y organismos de inteligencia.
Según datos citados por los legisladores, TP-Link domina el 65% del mercado de routers en EE.UU., lo que aumenta la preocupación sobre su potencial impacto en la seguridad digital. La estrategia de la empresa ha seguido un patrón común en la tecnología china: producir en grandes volúmenes, exportar a bajo costo para desplazar a la competencia y, según las acusaciones, dejar puertas traseras abiertas para la recolección de datos o posibles ataques.
La amenaza no solo afecta a instituciones oficiales. Los routers de TP-Link están presentes en hogares y pequeñas empresas en todo el país, lo que podría exponer a millones de usuarios a posibles vulnerabilidades. Navegación web, datos familiares y corporativos, información de redes empresariales e incluso infraestructuras de servicios públicos podrían estar en riesgo.
"El gobierno chino tiene toda la intención de recopilar estos datos, y lo logrará si se lo permitimos", advirtió Krishnamoorthi. "No tiene sentido que el gobierno de EE.UU. compre estos routers".
A pesar de las crecientes preocupaciones, Amazon aún no ha anunciado si retirará estos dispositivos de su plataforma, y TP-Link ha negado cualquier vínculo con el gobierno chino. La compañía argumenta que sus operaciones en EE.UU. son independientes y que la mayoría de los routers vendidos en el país se fabrican en Vietnam.
Implementar un veto a TP-Link no será fácil. La marca está tan extendida en el mercado estadounidense que cualquier medida requeriría una transición gradual. Según expertos en ciberseguridad, si se avanza con una prohibición, el primer paso debería ser restringir su uso en instituciones gubernamentales y de defensa, antes de considerar una prohibición total para el público en general.
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