El intercambio masivo de información entre empresas y organizaciones deportivas requiere de soluciones avanzadas para evitar brechas de seguridad.
La protección de datos es un pilar fundamental para el éxito de eventos públicos de gran envergadura como los Juegos Olímpicos, que darán inicio el próximo 26 de julio. La organización de estos eventos requiere un intercambio masivo de información entre empresas de producción, organizaciones deportivas y patrocinadores. Un error o una brecha de seguridad puede comprometer tanto la protección de los profesionales involucrados como la credibilidad del evento.
Geraldo Guazzelli, director general de NETSCOUT Brasil, destaca que las consecuencias de un ciberataque dependen de las intenciones de los atacantes y de sus objetivos específicos. “Puede ser cualquier cosa, desde la simple indisponibilidad hasta la extracción de datos confidenciales y la encriptación de servidores o aplicaciones cruciales para el funcionamiento seguro de los juegos”, explicó Guazzelli. Estas acciones pueden estar motivadas por protestas o la búsqueda de beneficios financieros, añade.
Para evitar tales ataques, el experto subraya la necesidad de contar con personal bien capacitado, procesos definidos y soluciones avanzadas que permitan la visibilidad, identificación de movimientos anómalos y mitigación preventiva de amenazas. NETSCOUT, una empresa de gestión de rendimiento de red y ciberseguridad, ha desarrollado tecnologías avanzadas para proteger a las organizaciones de ataques DDoS (Denegación de Servicio Distribuida), ofreciendo una defensa robusta e integral contra estas crecientes amenazas.
La actualización constante de las soluciones digitales es crucial para hacer frente a nuevos tipos de ataques. “Una visión global de Internet y un conocimiento detallado del tráfico corporativo nos permite desarrollar software capaz de identificar amenazas, crear contramedidas y actuar preventivamente antes de que las acciones maliciosas tengan efecto”, añadió Guazzelli.
Los ataques cibernéticos sufridos en eventos anteriores, como los Juegos de Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2021, donde se registraron cientos de millones de intentos de intrusión, sirven como lecciones para mejorar continuamente las defensas cibernéticas. Estos incidentes subrayan la importancia de estrategias preventivas robustas para la detección y mitigación rápida de actividades irregulares.
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