Cada vez más espacios públicos y privados usan vigilancia biométrica. Pero los sistemas muestran dificultades para la identificación, sesgo racial y usos sin ética.
Desde aeropuertos y estadios hasta aplicaciones y negocios minoristas están incorporando la vigilancia biométrica. Incluso el reconocimiento facial permite desbloquear teléfonos y otros dispositivos sin contraseña.
El objetivo de la protección biométrica es hacer coincidir las imágenes de la cámara de seguridad de alguien con aquellas vinculadas a la identidad de esa persona, guardadas en bases de datos o disponibles públicamente en línea, como fotos policiales o perfiles de redes sociales.
Pero los críticos de la tecnología argumentan sobre las frecuentes fallas de esos sistemas, en lo que muchas veces se confía plenamente sin suficiente verificación de las coincidencias.
La tecnología ha mostrado dificultades para la correcta identificación de personas de raza negra, lo cual ha llevado a arrestos ilegales y hasta la presunción de un sesgo racista en la programación de los softwares de análisis biométricos.
Por ejemplo, un hombre negro fue encarcelado recientemente durante casi una semana en Georgia después de que un sistema de reconocimiento facial emparejara incorrectamente su rostro con el de un sospechoso en un robo en Nueva Orleans.
Finalmente, el hombre, que nunca había estado en Luisiana, fue liberado después de que las autoridades se dieran cuenta del error.
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La tecnología de reconocimiento facial provocó al menos tres arrestos incorrectos anteriores, todos relacionados con hombres negros, informó Wired el año pasado.
En un caso insólito, una abogada fue expulsada del Radio City Music Hall de Nueva York, propiedad de Madison Square Garden Entertainment (MSG), tras ser identificada por el sistema de reconocimiento allí instalado.
El motivo fue que esa profesional trabaja para una firma involucrada en una demanda contra un restaurante operado por MSG, empresa que prohibió el acceso a sus propiedades a todos los involucradas en juicios contra la compañía, incluido ese estadio, de acuerdo a un reporte de Axios.
En Estados Unidos, algunas ciudades que restringieron el uso del reconocimiento facial en el pasado están evaluando disminuir esas limitaciones, mientras que otras las están aumentando.
Massachusetts aprobó límites estrictos en todo el estado sobre el uso policial del reconocimiento facial en 2021. Y la ciudad de South Orange, Nueva Jersey, decidió no agregar la tecnología a su red de cámaras de seguridad callejera.
Pero, por otra parte, el año pasado Virginia levantó la prohibición sobre el uso policial de la tecnología, mientras que Nueva Orleans redujo significativamente las restricciones.
Existen diversos proyectos de Ley y entidades de defensa de derechos digitales, como Fight for the Future, que abogan por la reducción y hasta la prohibición del uso de la tecnología de reconocimiento facial.
Sin embargo, esta tecnología seguirá mejorando y desarrollándose más allá de las preocupaciones sobre su eficacia y el uso ético. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Georgia están trabajando en un sistema que funciona basándose únicamente en la forma de las orejas de las personas.
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