El nuevo chip cuántico tiene la capacidad de resolver en cinco minutos problemas que un superordenador clásico tardaría cuatrillones de años en completar.
Google presentó a Willow, un chip cuántico que marca un hito en la computación cuántica al resolver en tan solo cinco minutos una tarea que un superordenador clásico tardaría cuatrillones de años en completar. Este avance, compartido por El País, coloca al nuevo chip como el procesador más avanzado de su tipo, basado en tecnología superconductora. La capacidad del mismo para superar esta brecha temporal se debe a su arquitectura de 105 cúbits.
El avance de Willow radica en la corrección de errores, que aborda las perturbaciones inevitables en los sistemas cuánticos. Estos sistemas, que se basan en la superposición de partículas, enfrentan fallos provocados por defectos microscópicos, radiación ionizante o incluso rayos cósmicos. Google logró superar el "umbral de corrección de errores cuánticos", una línea crítica que determina si un procesador puede reducir errores a medida que escala. Michael Newman, investigador de Google Quantum AI, señaló que Willow no solo opera por debajo de este umbral, sino que reduce exponencialmente la tasa de errores a medida que se agrupan más cúbits, resolviendo un problema que ha desafiado a la industria durante casi tres décadas.
El muestreo aleatorio de circuitos (RCS) fue la herramienta utilizada para medir la capacidad de dicho chip. Este método, considerado uno de los más complejos en computación cuántica, permitió demostrar que Willow supera en eficiencia al Sycamore, el procesador cuántico presentado por Google en 2019, al doblar su rendimiento. Además, este logró reducir la incidencia de errores en un factor exponencial, logrando avances significativos en precisión y estabilidad.
La importancia de este desarrollo va más allá del logro técnico inmediato. Según Hartmut Neven, fundador del Quantum Artificial Intelligence Lab de Google, Willow representa el primer sistema cuántico que se vuelve más eficiente y cuántico a medida que aumenta su tamaño, un cambio paradigmático en la computación cuántica. Este avance es esencial para el desarrollo de ordenadores cuánticos a gran escala y tolerantes a fallos, capaces de abordar problemas que trascienden las capacidades de los sistemas clásicos.
Aunque todavía existen limitaciones, como los eventos de error correlacionados que ocurren aproximadamente una vez por hora, Willow posiciona a Google como líder en la carrera hacia una computación cuántica práctica. Con aplicaciones potenciales en áreas como el diseño de medicamentos, la energía de fusión nuclear y el desarrollo de baterías más eficientes, este chip representa un paso decisivo hacia el futuro de la tecnología cuántica.
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