IA para CEOs: menos hype, más estrategia
- Malka Mekler
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura
De acuerdo con Cisco, aunque el 82% de los CEOs dice entender los beneficios de la IA, el 74% admite no saber cómo aplicarla estratégicamente.

En la era de la transformación digital, la inteligencia artificial (IA) dejó de ser una promesa futura para convertirse en un eje tecnológico central en la estrategia corporativa. Aunque muchas compañías ya incorporan soluciones basadas en IA, los desafíos estructurales persisten: infraestructuras desactualizadas, dependencia excesiva de la nube y una débil gobernanza de datos impiden que los avances tecnológicos se traduzcan en impacto tangible.
Una encuesta reciente de Cisco, realizada a más de 2,500 directores ejecutivos en todo el mundo, confirma la intención generalizada de integrar IA en los negocios. Sin embargo, también revela una tensión no menor, mientras el 82% de los CEOs asegura comprender los beneficios potenciales de esta tecnología, el 74% admite que su propio conocimiento limitado sobre IA representa una barrera para tomar decisiones estratégicas más informadas.
Para Beerud Sheth, CEO de Gupshup, la clave está en aterrizar la IA dentro del negocio con pragmatismo. “La tecnología debe estar al servicio de las decisiones estratégicas, no al revés”, sostiene. Desde su perspectiva, los líderes deben iniciar el camino entendiendo los puntos críticos de su organización: cuellos de botella operativos, tareas repetitivas que consumen tiempo y decisiones que carecen de datos en tiempo real son oportunidades evidentes para aplicar modelos de IA que optimicen procesos y generen valor.
En términos técnicos, la implementación efectiva de la IA comienza con una auditoría de datos. No basta con tener volúmenes de información, es necesario que estén integrados, limpios y listos para ser procesados. El potencial de herramientas como el análisis predictivo o el procesamiento del lenguaje natural depende de esa base estructural. Asimismo, el uso de talleres multifuncionales entre expertos en tecnología y áreas operativas permite identificar aplicaciones viables y casos de uso de alto impacto.
La comparación con prácticas de la competencia puede ofrecer referencias útiles, pero Sheth advierte sobre la tentación de replicar soluciones ajenas sin considerar el contexto y los diferenciales propios de cada empresa. En este sentido, recomienda comenzar con implementaciones sencillas, de bajo riesgo y retorno inmediato, como la automatización de procesos administrativos, para ganar tracción tecnológica antes de escalar hacia aplicaciones más complejas.
Finalmente, el ejecutivo enfatiza que el verdadero valor de la IA no reside únicamente en automatizar tareas, sino en potenciar las capacidades humanas. “La IA más efectiva es la que amplifica la inteligencia del equipo”, afirma. Para lograrlo, las empresas deben formar alianzas estratégicas con plataformas tecnológicas especializadas y enfocarse no solo en ejecutar, sino en escalar soluciones con visión de largo plazo.
En un escenario donde el conocimiento técnico se vuelve condición para competir, los CEOs ya no pueden delegar por completo la comprensión de estas herramientas. La IA no es un departamento, es una capacidad transversal que exige liderazgo informado y visión de futuro.
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