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La evolución digital del crimen es más que ransomware

Alexéi Tellerías

En palabras de Adrián Acosta, director de seguridad de INTERPOL para América Latina, “la cara del crimen está cambiando” y en esa misma dirección también los criminales. ¿Por qué? Como reflejo de una sociedad que ha cambiado su forma de actuar y comunicarse a causa de unas tecnologías que también motivan (y, por qué no decirlo, también obligan) a cambiar.  Ejemplo puntual de esto es cómo las presentes generaciones interactúan más utilizando social media que personalmente.

Advirtió que conocer los riesgos en la red permite estar preparados para de esta forma reducir el número de víctimas, pero el control nunca podrá ser absoluto. “No es solo ir a arrestar a los delincuentes”, agrega, sino también hacer mucho énfasis en prevención y concientización. El camino a seguir es informarle a la sociedad en general sobre lo que está pasando en la red, “porque muchos de estos delitos ocurren por desconocimiento”.

Durante su intervención en IT BREAK 2018, Acosta puntualizó que todas las áreas de investigación criminal hoy en día cuentan con un componente tecnológico: desde los mecanismos de extorsión como el uso de malware y ransomware hasta elementos más complejos como las apuestas ilegales en línea, el tráfico de imágenes de abuso sexual infantil y el robo de identidad, entre otros. “Hoy día casi toda nuestra vida tiene un componente tecnológico”.

El especialista argentino sostiene que existen varios desafíos en el combate al crimen digital organizado, siendo los más importantes su carácter trasnacional (sucede en varios países simultáneamente) la falta de una legislación adecuada, dado que son nuevos tipos de delitos, el uso de tecnologías emergentes como blockchain y los criptoactivos y hasta la posibilidad de que los ciberdelitos del futuro experimenten con el internet de las cosas. “Llegará un momento en que tendremos ransomware para encriptar el aire acondicionado, la heladera…”, bromeó.

Otros dos desafíos son el impacto que estos delitos pueden tener en la economía de un país entero y la restricción en el intercambio de información. “A veces”, dijo, “no hay canales de información válidos entre gobiernos” y esto enlentece cualquier investigación o proceso.

En el camino hacia una internet de valor, en la cual ya no solo se intercambia información sino también valores, la existencia de nuevos mecanismos como blockchain también ha ido generando formas creativas de timo por parte de los criminales digitales.  Sin embargo, pese a lo que pudiera pensarse, la tricotomía del cibercrimen señala que, a mayor volumen del ataque y mayor cantidad de víctimas, la recaudación de dinero es menor.

Por ejemplo, la cantidad de ganancias que tuvo el cibercrimen con ransomware fue 3 veces menor que, por ejemplo, la recaudada con BEC (siglas de “Business E Mail Compromise), siendo la última de 3100 millones de dólares versus mil millones.

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