top of page
Redacción IT NOW

La GeForce 256 cumple 25 años: de transformar los videojuegos a cimentar la revolución IA

Hace 25 años, NVIDIA lanzó una innovación que no solo cambió el gaming, sino que también sentó las bases para la era de la inteligencia artificial.


En 1999, un avance tecnológico pasó desapercibido para muchos, excepto para los entusiastas de los videojuegos y la informática: el lanzamiento de la NVIDIA GeForce 256. Este dispositivo marcó un antes y un después en la historia de la tecnología, no solo revolucionando el gaming, sino también estableciendo el camino hacia la actual era de la inteligencia artificial (IA).


La GeForce 256 fue presentada como la primera Unidad de Procesamiento Gráfico (GPU) del mundo. Hasta ese momento, los juegos dependían en gran medida del procesador central (CPU) para renderizar gráficos, lo que limitaba la capacidad de los desarrolladores para crear mundos visualmente complejos. Sin embargo, con la incorporación del hardware Transform & Lighting (T&L), la GeForce 256 descargaba parte de esta carga del CPU, permitiendo que los juegos manejasen una mayor cantidad de polígonos y, en consecuencia, ofreciendo gráficos mucho más detallados.


Esta GPU no solo mejoraba el rendimiento, sino que también abría un abanico de posibilidades creativas para los desarrolladores. Juegos como Quake III Arena y Unreal Tournament se convirtieron en experiencias completamente nuevas cuando se jugaban con esta tarjeta gráfica, brindando un realismo y una fluidez visual nunca antes vistos.


A lo largo de las siguientes décadas, NVIDIA continuó colaborando con desarrolladores de videojuegos para seguir empujando los límites de lo posible en términos de gráficos, texturas y tasas de fotogramas. Estas mejoras no solo mejoraron la experiencia inmersiva para los jugadores, sino que también impulsaron el crecimiento de los esports, una industria que ha atraído a millones de espectadores en eventos como el League of Legends World Championship y el Fortnite World Cup.


Plataformas como Twitch y YouTube Gaming se vieron beneficiadas por el aumento en la calidad de las transmisiones, lo que permitió a los jugadores no solo disfrutar de un juego más fluido, sino también compartir sus experiencias con una claridad y rapidez sin precedentes. Los GPUs de NVIDIA se convirtieron en piezas clave para estos creadores de contenido, transformando a los jugadores en verdaderos entretenedores y consolidando el fenómeno global de los esports.


El avance de los gráficos y la creciente complejidad de los mundos virtuales hicieron que los investigadores notaran el potencial de las GPUs para otras áreas tecnológicas, más allá del entretenimiento. Los núcleos paralelos de estas unidades demostraron ser ideales para manejar las enormes cargas computacionales que exige el desarrollo de la inteligencia artificial, particularmente en el campo del deep learning.


En 2012, la revolución de la IA tomó impulso cuando un equipo de la Universidad de Toronto, liderado por Alex Krizhevsky, utilizó GPUs de NVIDIA para entrenar una red neuronal que ganó la competencia de reconocimiento de imágenes ImageNet. Este hito demostró que las GPUs podían superar a los CPUs tradicionales en tareas de procesamiento masivo, estableciendo las bases para la revolución de la IA que vendría.


Con el tiempo, las GPUs de NVIDIA se convirtieron en el estándar para proyectos de inteligencia artificial en todo el mundo. Hoy en día, tecnologías como los coches autónomos, el reconocimiento de voz y la generación de lenguaje natural, como es el caso de ChatGPT, dependen del inmenso poder de procesamiento de las GPUs.


Lo que comenzó como una innovación centrada en el gaming ha evolucionado hasta transformar industrias enteras. Hoy, 25 años después de su lanzamiento, las GPUs siguen siendo fundamentales no solo en el mundo del entretenimiento, sino también en sectores como la medicina, la automoción y la investigación científica. NVIDIA ha demostrado que la evolución de la tecnología puede comenzar en un videojuego y acabar moldeando el futuro de la humanidad.


Comments


bottom of page