Las restricciones en torno al empleo de esta tecnología y las discusiones sobre su regulación son temas de gran interés y análisis entre expertos de la industria.
La IA marca un hito en el avance tecnológico, transformando diversos sectores como la salud, la educación, la industria y los recursos humanos a nivel global. Sin embargo, su rápida expansión también ha expuesto vulnerabilidades, como delitos financieros, usurpación de identidad y desafíos relacionados con la propiedad intelectual, lo que ha resaltado la necesidad urgente de establecer regulaciones sobre su alcance y uso.
En diciembre de 2023, la Unión Europea (UE) logró un hito histórico al consensuar la primera Ley de Inteligencia Artificial, conocida como "IA Act", la cual entrará en vigencia a finales de 2026. Esta legislación busca abordar los riesgos asociados con la IA, estableciendo reglas específicas para garantizar transparencia y gestionar riesgos, especialmente en sistemas generativos como ChatGPT.
Federico dos Reis, CEO de INFORM Latam, destaca la importancia de cambiar la forma en que se legisla, enfatizando la necesidad de que los gobiernos actúen con mayor premura para anticipar y prevenir los posibles peligros derivados del mal uso de la IA. El experto aboga por la aprobación de leyes más ágiles y la adopción de un enfoque preventivo por parte de las instituciones gubernamentales frente a los avances tecnológicos y el uso ético de la IA.
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Uno de los aspectos discutidos en la formulación de la Ley de IA de la UE es la regulación de los sistemas generativos de IA, como ChatGPT, para garantizar la transparencia y gestionar los riesgos. Esto incluye criterios de transparencia para los usuarios, obligaciones más estrictas para modelos de "alto impacto" y evaluaciones de riesgos para garantizar la ciberseguridad.
La IA también plantea desafíos de gobernanza a nivel internacional, según las Naciones Unidas, que incluyen la desinformación, el sesgo y la discriminación, la invasión de la privacidad y otras violaciones de los derechos humanos. Por lo tanto, es crucial establecer un consenso global sobre la regulación de la IA, alineada con los Objetivos Globales de la ONU.
Aunque países como China y Estados Unidos ya están implementando regulaciones sobre la IA, dos Reis destaca que esta tecnología no reconoce fronteras. Por lo tanto, aboga por una aproximación global y ágil en la definición de directrices claras sobre el uso y alcance de la IA.
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