Un estudio advierte que las conversaciones personales con el chatbot pueden aumentar la soledad, mientras que los temas no personales están ligados a una mayor dependencia emocional en usuarios intensivos.

OpenAI publicó su primera investigación sobre el impacto del uso de ChatGPT en el bienestar emocional de las personas, en colaboración con el MIT Media Lab. Con más de 400 millones de usuarios semanales, la empresa buscó analizar si la interacción con su modelo genera efectos de soledad o acompañamiento.
El estudio recopiló datos de aproximadamente 40 millones de interacciones con ChatGPT y encuestó a 4.076 usuarios sobre sus experiencias emocionales. Además, se llevó a cabo un experimento con 981 participantes durante cuatro semanas, en el que debían interactuar con el chatbot al menos cinco minutos diarios y luego completar un cuestionario sobre su percepción del bot, niveles de soledad y dependencia emocional. En total, se analizaron más de 300.000 mensajes.
Uno de los principales hallazgos fue que solo un subconjunto de usuarios estableció un vínculo emocional con ChatGPT. "ChatGPT fue diseñado como una herramienta de productividad, pero sabemos que algunas personas lo utilizan como una aplicación de compañía", explica Kate Devlin, profesora de IA y sociedad en King’s College London.
El estudio también reveló diferencias en la respuesta de hombres y mujeres al chatbot. Las participantes femeninas mostraron una ligera reducción en su interacción social tras cuatro semanas de uso. Además, los usuarios que emplearon el modo de voz con un género distinto al suyo reportaron mayores niveles de soledad y dependencia emocional hacia el bot.
Otro hallazgo relevante fue la influencia del modo de interacción. Inicialmente, los chatbots con voz parecían reducir la soledad y la dependencia emocional más que los de solo texto, pero estos efectos disminuían con el uso prolongado. En particular, el modo de voz "neutral" se asoció con una menor socialización con personas reales y un uso más problemático del chatbot.
El tipo de conversación también tuvo un impacto significativo. Hablar de temas personales aumentó la sensación de soledad en algunos usuarios, pero redujo su dependencia emocional del chatbot, mientras que las conversaciones sobre temas no personales estuvieron relacionadas con una mayor dependencia emocional, especialmente en quienes usaban la IA con mayor frecuencia.
Otro aspecto relevante fue la capacidad de ChatGPT para reflejar el estado emocional del usuario. Investigaciones previas del MIT Media Lab han demostrado que los chatbots tienden a imitar el tono emocional del interlocutor, lo que podría generar un efecto de retroalimentación.
OpenAI reconoce que estos estudios tienen limitaciones, especialmente porque se basan en datos autoinformados. Sin embargo, Jason Phang, investigador de seguridad en OpenAI, considera que esta investigación es un primer paso clave para comprender el impacto a largo plazo de los chatbots en los usuarios. "Lo que estamos haciendo es preliminar, pero queremos iniciar la conversación sobre qué aspectos se pueden medir y cómo afectan a los usuarios", afirma Phang.
Aunque el estudio abre un debate crucial sobre la relación entre humanos e IA, Devlin advierte que es difícil determinar con exactitud cómo las personas experimentan emocionalmente estas interacciones. "Podemos usar clasificadores emocionales para detectar ciertos patrones, pero interpretar su significado real en la vida de una persona sigue siendo un desafío", concluye.