Diversos reportes y señales indican que el gigante estaría buscando independizarse de la startup de IA mientras la relación se deteriora.

La relación entre Microsoft y OpenAI, que en su momento parecía una sociedad indisoluble, atraviesa un periodo de incertidumbre. El gigante tecnológico, que ha invertido miles de millones en OpenAI, ahora está explorando opciones para reducir su dependencia de la startup, mientras ambas compañías empiezan a parecer más competidoras que aliadas.
Un informe reciente de The Information revela que Microsoft está desarrollando sus propios modelos de razonamiento y ha estado probando alternativas como los modelos de Meta, xAI de Elon Musk y DeepSeek para sustituir a ChatGPT en Copilot, su asistente de inteligencia artificial para el entorno empresarial. Esta decisión marca un cambio significativo en la estrategia de Microsoft, que hasta hace poco veía a OpenAI como su proveedor exclusivo de modelos avanzados de IA.
El descontento de Microsoft con OpenAI se ha gestado en varios frentes. Primero, el alto costo y la velocidad de ChatGPT han generado preocupaciones dentro de la compañía, especialmente cuando se trata de la implementación de Copilot en entornos empresariales. La adopción de Copilot ha sido tibia debido a su elevado precio y sus resultados limitados. Si bien es útil para tareas simples, como estructurar presentaciones, las empresas han encontrado que los modelos de lenguaje aún cometen demasiados errores, lo que requiere una supervisión humana constante y reduce su valor percibido.
Otro punto de fricción surgió en enero, cuando Microsoft permitió que OpenAI se liberara de un contrato que la obligaba a usar exclusivamente la nube de Azure para sus operaciones. Poco después, OpenAI anunció un ambicioso plan de expansión que incluye inversiones de hasta 100.000 millones de dólares en infraestructura con Oracle y SoftBank, lo que sugiere que Microsoft no estaba dispuesta a seguir financiando su crecimiento con recursos propios.
A medida que ambas empresas avanzan en direcciones diferentes, ha surgido un conflicto clave: el acceso a la propiedad intelectual de OpenAI. Aunque Microsoft conserva el derecho a utilizar la tecnología de OpenAI debido a su inversión, la startup se ha mostrado reacia a compartir información detallada sobre su modelo de razonamiento o1.
Según el informe de The Information, Mustafa Suleyman, jefe de la unidad de IA interna de Microsoft, expresó su frustración en una reunión con ejecutivos de OpenAI al no recibir documentación sobre el funcionamiento del modelo o1. Esta negativa indica que OpenAI busca mantener cierto grado de autonomía y ventaja competitiva frente a su principal inversionista y socio tecnológico.
Uno de los desarrollos más relevantes de esta disputa es la creación por parte de Microsoft de su propio modelo de razonamiento, denominado MAI. La compañía planea comercializar MAI a otros desarrolladores, lo que la posiciona directamente como competidora de OpenAI en el espacio de la inteligencia artificial generativa.
El distanciamiento entre ambas empresas sugiere que Microsoft ha reevaluado su estrategia. En una entrevista en 2022, Satya Nadella, CEO de Microsoft, aseguró que no tenía sentido para su compañía desarrollar modelos propios si podía utilizar los de OpenAI. Sin embargo, la realidad actual muestra un cambio de postura drástico, impulsado en parte por los movimientos estratégicos de Sam Altman, CEO de OpenAI, como su reciente acuerdo con Oracle.
El conflicto entre Microsoft y OpenAI plantea preguntas sobre el futuro de la inteligencia artificial y las alianzas estratégicas en el sector. Para Microsoft, la clave podría estar en diversificar su apuesta: su éxito en la IA podría venir tanto de sus propios modelos como de su dominio en el software empresarial y la nube. OpenAI, por otro lado, está en camino de convertirse en una empresa con fines de lucro, lo que le permitiría recaudar más capital y operar de manera más independiente.
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