En la última edición de "Los Protagonistas", el CTO de Darien Technology comparte su experiencia en la industria con roles en América, Europa y actualmente Panamá, y explica las diferencias culturales y de mercado que afectan la tecnología en cada región. También expone los desafíos y oportunidades de América Latina, donde la innovación enfrenta límites, pero no escasea la creatividad.
Norman Coburn es uno de los perfiles cuyo conocimiento y experiencia no se limitan a un solo país o mercado. Ahora es Director de Tecnología (CTO) de Darien Technology en Panamá, pero ha trabajado en Estados Unidos, Europa y ahora en Latinoamérica, adaptándose a culturas y marcos regulatorios que afectan no solo la adopción de tecnología, sino la manera en que se innova. En esta entrevista, Coburn detalla cómo cada mercado tiene su propio ritmo y desafíos, además de compartir su perspectiva sobre la tecnología en Panamá y la región. Su enfoque en adaptar soluciones a las realidades locales lo ha llevado a promover iniciativas fintech, desarrollo de software y experimentación con inteligencia artificial (IA), siempre buscando un equilibrio entre innovación y valor real.
¿Cómo fue que surgió tu pasión por la tecnología?
La tecnología siempre fue algo que me fascinó desde pequeño. Recuerdo que me gustaba abrir cosas, desde celulares viejos hasta computadoras, solo para ver cómo funcionaban. También tenía un primo mayor que compartía esta curiosidad, así que desde temprano tuve contacto con el mundo de la tecnología. Eventualmente, estudié Ingeniería en Computación en Florida Tech en Estados Unidos, donde profundicé en temas de electrónica y programación, aunque nunca me vi como un programador puro. Luego, tuve la oportunidad de trabajar en el sector hotelero en Miami, y aunque hoy no me dedico a eso, aprendí a resolver problemas de forma rápida y a adaptarme al cambio constante. Esa flexibilidad es algo que aún me sirve mucho hoy.
Has trabajado en Estados Unidos, Europa y ahora en Latinoamérica. ¿Qué diferencias encuentras en la manera de abordar la tecnología en estas regiones?
Son mentalidades muy diferentes, efectivamente. En Estados Unidos, el enfoque está en crear un prototipo rápido y conseguir una base de usuarios significativa para obtener financiamiento y hacer crecer el producto de forma acelerada. Europa, en cambio, es un mercado mucho más regulado. La creatividad allí se enfrenta a restricciones legales que obligan a ser más cautos y profesionales desde el inicio para cumplir con normativas de privacidad y seguridad. Latinoamérica es un poco una mezcla de ambas, pero con sus propios retos. Aquí las barreras de adopción digital y bancarización son más altas, y cada país tiene sus particularidades. La creatividad tecnológica en nuestra región se enfoca en resolver retos cotidianos significativos, adaptando soluciones a necesidades reales, no tanto en innovar por innovar.
Hablando específicamente de Panamá y Latinoamérica, ¿cuáles son las limitaciones y necesidades más acuciantes que ves en el mercado?
Trabajamos mucho en el sector financiero, así que uno de los mayores retos es la bancarización. Una gran parte de la población en Latinoamérica sigue excluida de los servicios bancarios tradicionales, por lo que muchas iniciativas buscan crear soluciones fintech que puedan llegar a ese sector. También existe una presión por hacer que los servicios de software sean lo más eficientes y económicos posible, más que en desarrollar tecnología personalizada. Al mismo tiempo, en Panamá y otros países de la región, la inversión en innovación suele estar...
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