La compañía detrás de ChatGPT da señales de ir más allá del software, con intenciones que incluyen robots humanoides, dispositivos smart y chips de alto rendimiento.
OpenAI, la empresa de inteligencia artificial conocida por desarrollar ChatGPT y modelos como GPT-4, ha dado un paso estratégico para consolidar su presencia en el ámbito del hardware. La reciente solicitud de marca registrada presentada ante la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO) no solo protege el nombre de la compañía, sino que también revela sus planes para una gama de productos que incluyen auriculares, gafas inteligentes, relojes, joyería inteligente y dispositivos de realidad aumentada y virtual diseñados para interactuar con IA.
La compañía ya había confirmado previamente su colaboración con el exdiseñador de Apple, Jony Ive, en el desarrollo de un dispositivo de inteligencia artificial. Además, su CEO, Sam Altman, recientemente declaró a un medio coreano que OpenAI busca lanzar hardware impulsado por IA en asociación con varias empresas. Sin embargo, Altman advirtió que aún faltarían varios años para ver un prototipo funcional.
Uno de los aspectos más llamativos de la solicitud de OpenAI es su mención a “robots humanoides programables” con capacidades de comunicación y aprendizaje. La compañía ha comenzado a reclutar talento para un equipo de robótica liderado por Caitlin Kalinowski, quien anteriormente trabajó en la división de gafas de realidad aumentada de Meta. Los reportes sugieren que OpenAI está explorando robots avanzados con sensores y sistemas de IA que podrían operar en entornos reales con un grado de inteligencia cercano al humano.
Otro elemento clave en la estrategia de OpenAI es el desarrollo de chips personalizados para optimizar el rendimiento de sus modelos de IA. La solicitud de marca registrada menciona servicios basados en computación cuántica para mejorar la eficiencia de estos modelos. Se rumorea que OpenAI ya está trabajando con fabricantes como Broadcom y TSMC para lanzar sus propios chips en 2026, lo que podría reducir su dependencia de los procesadores de empresas como Nvidia y mejorar la escalabilidad de sus soluciones de IA.
Aunque muchas de estas iniciativas aún están en fase de exploración, la industria tecnológica sigue con atención cada uno de estos pasos, anticipando una nueva era en la que la inteligencia artificial trasciende las pantallas para integrarse de forma más profunda en la vida cotidiana.
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