América Latina, incluida el Caribe, tuvo más de 360.000 millones de incursiones, según un reporte de Fortinet.
Panamá recibió 1.400 millones de intentos de ciberataques el año pasado, según datos de FortiGuard Labs, el laboratorio de análisis e inteligencia de amenazas de Fortinet.
La región de América Latina y el Caribe sufrió más de 360.000 millones de intentos de ciberataques en 2022. México recibió la mayor cantidad (187.000 millones), seguido de Brasil (103.000 millones), Colombia (20.000 millones) y Perú (15.000 millones).
Los aspectos más destacados del reporte del segundo semestre de 2022 son:
La distribución masiva de wiper malware continúa mostrando la evolución destructiva de los ciberataques.
La amenaza de ransomware permanece en niveles máximos sin evidencia de desaceleración, con nuevas variantes habilitadas por Ransomware-as-a-Service (RaaS).
El malware más frecuente tenía más de un año, lo que destaca la eficacia y la economía de reutilizar y reciclar el código.
Log4j sigue afectando a organizaciones de todas las regiones e industrias, sobre todo en sectores como tecnología, gobierno y educación.
“Para los ciberadversarios, mantener el acceso y evadir la detección no es poca cosa, ya que las ciberdefensas continúan avanzando para proteger a las organizaciones en la actualidad. Para contrarrestar, los adversarios están sumando más técnicas de reconocimiento y desplegando alternativas de ataque más sofisticadas para realizar sus intentos destructivos con métodos de amenazas avanzadas y persistentes, como el wiper malware u otros ataques evolucionados”, dijo Derek Manky, estratega jefe de Seguridad y vicepresidente global de Threat Intelligence de FortiGuard Labs.
“Para protegerse contra estas tácticas avanzadas de ciberdelincuencia, las organizaciones deben centrarse en habilitar la inteligencia de amenazas coordinada y procesable impulsada por el aprendizaje automático en tiempo real en todos los dispositivos de seguridad para detectar acciones sospechosas e iniciar una mitigación coordinada en toda la superficie de ataque extendida”, añadió Manky.
Vea también: Derek Manky, de Fortinet: "Blockchain es un catalizador del cibercrimen y el lavado de dinero"
El análisis de los datos del wiper malware revela una tendencia de los ciberadversarios que utilizan constantemente técnicas de ataque destructivas contra sus objetivos. También muestra que con la falta de fronteras en Internet, los cibercriminales pueden escalar fácilmente este tipo de ataques que han sido habilitados en gran medida por el modelo Cybercrime-as-a-Service (CaaS).
A principios de 2022, FortiGuard Labs informó de la presencia de varios wiper relacionados con la guerra entre Rusia y Ucrania. Más adelante en el año, el wiper malware se expandió a otros países, lo que impulsó un aumento del 53% en la actividad solo del tercer al cuarto trimestre. Desafortunadamente, la trayectoria del malware de limpieza destructivo no parece estar desacelerándose, lo que significa que cualquier organización sigue siendo un objetivo potencial.
Los reportes de Respuesta a Incidentes (IR) de FortiGuard Labs encontraron que los ciberdelitos motivados financieramente resultaron con el mayor volumen de incidentes (73,9%), con un distante segundo lugar atribuido al espionaje (13%). En todo 2022, el 82% de los ciberdelitos motivados financieramente involucraron el uso de ransomware o scripts maliciosos, lo que demuestra que la amenaza global de ransomware sigue vigente sin evidencia de desaceleración gracias a la creciente popularidad de Ransomware-as-a-Service (RaaS) en la dark web. De hecho, el volumen de ransomware aumentó un 16% desde la primera mitad de 2022.
El análisis de las estrategias adversarias brinda información valiosa sobre cómo evolucionan las técnicas y tácticas de ataque para brindar una mejor protección contra escenarios de ataques futuros. Los adversarios obtienen acceso a los sistemas de las víctimas principalmente cuando el usuario desprevenido navega por Internet y descarga involuntariamente una carga maliciosa al visitar un sitio web comprometido, abrir un archivo adjunto de correo electrónico malicioso o incluso hacer clic en un enlace o ventana emergente engañosa.
El desafío es que, una vez que se accede y descarga una carga maliciosa, a menudo es demasiado tarde para que el usuario escape al compromiso a menos que tenga un enfoque holístico de la seguridad.
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