Acusan a la empresa de entrenar de forma ilícita a ChatGPT usando sus obras. La acción incluye autores famosos como John Grisham, Jonathan Franzen y George R.R. Martin.
Un grupo de autores estadounidenses ha demandado a OpenAI en un tribunal federal de Manhattan en nombre de reconocidos escritores como John Grisham, Jonathan Franzen, George Saunders, Jodi Picault y George R.R. Martin, autor de Juego de Tronos, acusando a la empresa de entrenar de manera ilícita su popular chatbot basado en inteligencia artificial, ChatGPT, utilizando sus obras.
La demanda de acción colectiva propuesta, presentada el martes por la Authors Guild, se une a varias otras medidas de escritores, propietarios de código fuente y artistas visuales contra proveedores de inteligencia artificial generativa. Además de OpenAI respaldada por Microsoft, existen demandas similares pendientes contra Meta Platforms y Stability AI por los datos utilizados para entrenar sus sistemas de inteligencia artificial.
Otros autores involucrados en la última demanda incluyen a Michael Connelly, autor de The Lincoln Lawyer, y a los escritores abogados David Baldacci y Scott Turow.
Los representantes de OpenAI no respondieron de inmediato a una solicitud de comentario el miércoles. OpenAI y otros demandados relacionados con la inteligencia artificial han afirmado que su uso de datos de entrenamiento recopilados de internet califica como uso justo bajo la ley de derechos de autor de Estados Unidos.
Mary Rasenberger, directora ejecutiva de Authors Guild, expresó en un comunicado el miércoles que los autores "deben tener la capacidad de controlar si y cómo sus obras son utilizadas por la inteligencia artificial generativa" para "preservar nuestra literatura".
La demanda de Authors Guild afirma que los conjuntos de datos utilizados para entrenar el gran modelo de lenguaje de OpenAI para responder a indicaciones humanas incluían texto de los libros de los autores que podrían haber sido tomados de repositorios "piratas" en línea ilegales, según informó Reuters.
La queja mencionó que ChatGPT generó resúmenes precisos de los libros de los autores cuando se le indicaba, lo que indica que su texto está incluido en su base de datos.
También citó la creciente preocupación de que los autores puedan ser reemplazados por sistemas como ChatGPT que "generen libros electrónicos de baja calidad, suplantando a los autores y desplazando a los libros escritos por humanos". Esta controversia legal plantea preguntas cruciales sobre la intersección entre la propiedad intelectual y el avance tecnológico, un tema que sin duda seguirá siendo objeto de debate en el mundo digital.
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