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Malka Mekler

Por qué la tecnología en los automóviles modernos no convence a los conductores

Una encuesta revela que los conductores valoran sólo las tecnologías que mejoran directamente su experiencia de conducción, dejando de lado funciones avanzadas como los controles gestuales.


En la última década, los avances tecnológicos en el sector automovilístico han buscado transformar la experiencia de conducción con sistemas cada vez más sofisticados. Una encuesta reciente de JD Power, publicada por El País, revela una desconexión notable entre la visión de los fabricantes y las expectativas de los conductores. Aunque algunas innovaciones han sido bien recibidas, muchas de las tecnologías integradas en los vehículos modernos no logran satisfacer a los propietarios, quienes no perciben un valor claro en ellas.


Los resultados, obtenidos tras encuestar a más de 80.000 conductores en Estados Unidos que compraron automóviles nuevos en 2024, revelan que la tecnología solo es apreciada cuando resuelve un problema específico. De lo contrario, puede convertirse en una fuente de frustración. Tecnologías como el control de temperatura inteligente, que utiliza IA, han sido bien recibidas por su capacidad para mejorar el confort de manera tangible. Sin embargo, otras características más avanzadas, como el reconocimiento facial, los lectores de huellas dactilares y los controles gestuales, han sido motivo de críticas.


Los propietarios afirman que estas funciones no solo resultan innecesarias, sino que también presentan dificultades operativas, con un promedio de 43,4 problemas por cada 100 vehículos.


La falta de utilidad percibida es un factor determinante en la baja valoración de estas tecnologías. Muchas de ellas intentan resolver problemas que los conductores no sabían que tenían, lo que refuerza la idea de que la implementación de funciones tecnológicas debe centrarse en mejorar aspectos específicos de la experiencia de conducción. La inversión de millones en el desarrollo de estas innovaciones no siempre se traduce en beneficios tangibles para el usuario final.


Un área que destaca por su ambivalencia es la relacionada con los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS). Aunque tecnologías como la alerta de punto ciego al dar marcha atrás han sido apreciadas, otras, como la asistencia activa a la conducción, reciben valoraciones mediocres.


Los conductores no sienten que estos sistemas mejoran significativamente su seguridad o comodidad, lo que se refleja en una baja puntuación de utilidad percibida, en torno a 7,61 puntos en una escala de 10. Incluso las versiones más avanzadas de conducción manos libres apenas superan esta calificación, con 7,98 puntos, lo que sugiere que los conductores prefieren mantener el control del vehículo en lugar de delegar en sistemas automatizados.


Este rechazo a la automatización y la preferencia por una conducción activa plantea un desafío para la industria automotriz. Aunque las innovaciones tecnológicas continúan avanzando, parece que el éxito de su implementación depende en gran medida de su capacidad para abordar problemas concretos que los conductores identifiquen como relevantes.



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