Un informe revela la disparidad en el acceso a Internet en el territorio, destacando las diferencias entre áreas urbanas y rurales.
En Puerto Rico, el acceso a Internet de alta velocidad sigue siendo un reto significativo. La mayoría de los habitantes de la isla no cuenta con un servicio adecuado, y las velocidades reportadas por los proveedores de servicios de Internet (ISP) suelen ser superiores a las que realmente experimentan los usuarios, según un reciente informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
El estudio resalta que los centros urbanos, especialmente alrededor de San Juan, presentan una mayor cobertura de Internet de alta velocidad, con varias áreas atendidas por tres o más proveedores. En contraste, las zonas rurales enfrentan una notable falta de acceso, con muchas áreas que tienen uno o dos proveedores, o incluso ninguno. Esta disparidad subraya una división digital significativa entre las diferentes regiones de la isla.
Para considerar una zona "servida", las velocidades de descarga deben ser de al menos 100 megabits por segundo (Mbps) y las velocidades de carga superiores a 25 Mbps, con una latencia mayor a 100 milisegundos (ms). Las áreas "sin servicio" tienen velocidades de descarga inferiores a 25 Mbps y velocidades de carga menores a 3 Mbps. Las áreas "con servicio insuficiente" se sitúan entre estos rangos, con velocidades de descarga entre 25 y 100 Mbps y velocidades de carga entre 3 y 25 Mbps, manteniendo una latencia mayor a 100 ms.
El análisis también abarca las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, donde la situación es aún más crítica. No hay áreas con tres o más ISP ofreciendo Internet de alta velocidad, y la mayoría de las zonas carecen de un servicio adecuado, con velocidades de Internet por debajo de 100/20 Mbps.
Similar a Puerto Rico, existe una gran brecha entre las velocidades que los ISP reportan a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y las que realmente experimentan los usuarios.
El informe titulado “Equidad digital en el noreste de Estados Unidos, Puerto Rico y las Islas Vírgenes de Estados Unidos” analiza el costo, la velocidad y la disponibilidad de la banda ancha entre 2020 y 2023. La investigación identifica que las comunidades rurales, de bajos ingresos y tribales son las más afectadas por la falta de acceso a banda ancha. Estas comunidades presentan las velocidades de carga y descarga más lentas, agravando la brecha digital.
El acceso a Internet de alta velocidad es crucial para una variedad de servicios, incluyendo la telesalud, la banca en línea, la inscripción a prestaciones y la realización de tareas escolares.
En 2021, se estimó que el 12% de los estadounidenses no tenía acceso a Internet de alta velocidad.
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