El director ejecutivo de OpenAI reflexionó sobre su controversial despido y posterior readmisión al frente de la empresa que creó ChatGPT. Reconoció estar enojado y herido por el confuso episodio, pero no respondió la pregunta del millón: ¿Por qué lo echaron?
En una extensa entrevista con The Verge, Sam Altman evitó responder por qué fue cesado en un primer lugar y se excusó en que se realizará una investigación independiente por parte de la nueva junta que preside Bret Taylor, ex CFO de Salesforce.
Sin embargo, admitió que hubo "reales malentendidos" con el anterior directorio, que había perdido la confianza en su gestión. Según Altman, cuando los directivos le solicitaron retornar el último sábado "mi reacción inmediata fue de desafío, estaba herido y enojado".
Pero el ejecutivo de 38 años destacó que rápidamente recapacitó: "Obviamente, realmente amaba la compañía y había puesto mi fuerza vital en esto durante los últimos cuatro años y medio a tiempo completo, pero en realidad durante más tiempo".
Y remarcó: "Estamos logrando un progreso tan grande en la misión que me importa tanto, la misión de la IA segura y beneficiosa". Por ello, decidió dejar de lado su ego y volver a liderar la startup valorada en 29.000 millones de dólares y detrás de ChatGPT.
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Altman también destacó que OpenAI no perdió "ni un solo empleado, ni un solo cliente" durante la crisis desatada por su despido. Por el contrario, "la convicción, el enfoque y el compromiso" del equipo "son ahora mucho, mucho mayores".
Consultado sobre la necesidad de mejorar la estructura de gobierno corporativo tras lo ocurrido, el CEO admitió que “claramente nuestra estructura de gobierno tenía un problema”. Pero argumentó que rediseñar un esquema de control para una tecnología "tan impactante" llevará bastante tiempo, por lo que no es razonable esperar una respuesta inmediata.
En la nota con The Verge, Altman también abordó los rumores en torno a una potentísima herramienta de inteligencia artificial llamada Q* (Q-Star), cuyas capacidades alarmaron incluso a los propios investigadores de OpenAI en una carta que habría precipitado la salida del ejecutivo. "No hay comentarios particulares sobre esa desafortunada filtración. Pero lo que hemos estado diciendo, tanto hoy como lo que hemos estado diciendo antes, es que esperamos que el progreso en esta tecnología continúe siendo rápido, y también que esperamos continuar trabajando muy duro para descubrir cómo hacerlo seguro y beneficioso", se excusó el CEO.
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