El modelo de computación en la nube que permite a los desarrolladores crear y ejecutar aplicaciones sin tener que administrar la infraestructura está creciendo. Todo lo que hay que saber para implementarlo.
Serverless computing es un modelo de computación en la nube que permite a los desarrolladores crear y ejecutar aplicaciones sin tener que administrar la infraestructura. En este esquema, el proveedor se encarga de los servidores, escalar y asignar recursos según la demanda. Este enfoque posibilita concentrarse en crear e implementar código, en lugar de preocuparse por la infraestructura subyacente.
Se diferencia de los modelos informáticos tradicionales en varios aspectos. Bajo el tradicional, los desarrolladores deben configurar y mantener sus propios servidores, lo que requiere mucho tiempo, esfuerzo y recursos. También tienen que planificar los picos de carga y escalar su infraestructura en consecuencia, lo que puede ser complicado y costoso.
Uno de los principales beneficios de la informática serverless es la escalabilidad. Con la computación sin servidor, el proveedor de la nube asigna automáticamente los recursos en función de requerimientos, lo que garantiza que las aplicaciones puedan ampliarse o reducirse según sea necesario. Esto significa que las compañías no tienen que preocuparse por el aprovisionamiento excesivo o insuficiente de su infraestructura, lo que puede generar ahorros de costos.
“Serverless es un modelo en el que el proveedor de servicios de la nube ejecuta y administra los servidores, asigna y adapta los recursos según las necesidades del usuario o de la empresa. Al ser bajo demanda, se puede ser ágil y flexible”, relata Manuel Guillén, gerente de IT corporativo y experto en tecnologías emergentes de Spectrum. “Por ejemplo, ahora que hay elecciones en gran parte de Latinoamérica, se puede necesitar de cierta cantidad de servidores y capacidad de procesamiento que, tras las votaciones, disminuyen. Bajo el modelo tradicional, se requiere contemplar el peor escenario de demanda para poder procesar todo correctamente durante el proceso, pero luego esos activos tangibles quedan sin utilizar y depreciándose”.
Otro de los aspectos positivos es la reducción de costos. Dado que las empresas solo pagan por los recursos que utilizan, no tienen que hacerlo por la infraestructura inactiva. Esto puede generar importantes ahorros, especialmente para aplicaciones con cargas de trabajo variables.
“Serverless, conocido también como Function as a Services (FaaS), en un modelo en el cual el cliente contrata el uso de un servicio en combinación con un SLA, que garantiza contar con los recursos necesarios de acuerdo con la carga de trabajo —explica Miguel Jiménez, arquitecto de nube 4.0 en CMA—. Con esto, el cliente se desentiende de estar monitoreando no solo la necesidad de agregar más o menos recursos o el apagar o no servidores, ya que el servicio FaaS va a facturar los tiempos de actividad y los recursos consumidos”.
El impacto empresarial de la informática sin servidor es significativo. Según un informe de MarketsandMarkets, se espera que este mercado mundial aumente de US$4.250 millones en 2018 a US$14.930 millones en 2023, a una tasa de crecimiento anual compuesto del 28,6 % durante el período de pronóstico. Esto está siendo impulsado por la creciente adopción de la computación en la nube y la necesidad de un desarrollo de aplicaciones más rápido y rentable.
“Otra ventaja del servicio es que el proveedor se encarga de temas de actualizaciones de acuerdo con lo contratado y del nivel de uptime firmado”, cuenta Jiménez. “Para mí, como arquitecto de soluciones en la nube, el concepto serverless es un paso más en los servicios de computación en la nube”.
Aspectos técnicos
La arquitectura de las aplicaciones sin servidor es bastante diferente de las tradicionales. La lógica de la aplicación se divide en...
Lea la nota completa en el número 158 de IT NOW
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