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Redacción IT NOW

Telegram en la mira: cibercrimen y espionaje en la era de los chatbots

Dos recientes incidentes han puesto al mensajero bajo un intenso escrutinio global: un hackeo que expuso datos de millones de usuarios de una aseguradora india, y la prohibición de su uso en dispositivos oficiales en Ucrania por temor al espionaje ruso. Mientras la plataforma lucha con las críticas sobre su seguridad, los casos revelan los peligros y limitaciones de las tecnologías de mensajería instantánea en tiempos de ciberguerra y filtraciones masivas.

Telegram, la popular aplicación de mensajería con más de 900 millones de usuarios activos mensuales, se encuentra en el centro de dos escándalos relacionados con la seguridad de la información. En India, los datos personales de millones de asegurados fueron robados y comercializados mediante chatbots en la plataforma, mientras que en Ucrania, el gobierno ha prohibido su uso en dispositivos oficiales por temor a que el espionaje ruso se filtre a través de la app. Ambos eventos subrayan las crecientes preocupaciones sobre la seguridad en línea, tanto a nivel personal como nacional.


El reciente hackeo a Star Health, la mayor aseguradora de salud de la India, ha puesto de manifiesto un uso malicioso de los chatbots de Telegram. A través de estos bots, los ciberdelincuentes han logrado vender y exponer información privada de los asegurados, que incluye desde nombres y direcciones hasta informes médicos sensibles. La facilidad con la que estos bots pueden operar en la plataforma es alarmante. A pesar de las declaraciones de la empresa aseguradora, que ha minimizado el impacto, las pruebas obtenidas por investigadores y periodistas muestran lo contrario: los datos están a la venta y al alcance de cualquiera con los conocimientos adecuados para interactuar con los chatbots.


Este incidente deja entrever un panorama inquietante para las empresas en India, y más allá, en un contexto donde las infracciones de seguridad pueden convertirse en oportunidades lucrativas para actores malintencionados. La tecnología de Telegram, celebrada por su capacidad de integrar bots automatizados, ahora enfrenta críticas por facilitar la explotación de datos robados, generando un dilema para las organizaciones que buscan proteger a sus clientes.


Telegram bajo Sospecha en Ucrania

Paralelamente, Ucrania ha decidido cortar el uso de Telegram en sus instituciones oficiales, tras revelaciones de que los servicios de inteligencia rusos podrían espiar no solo los mensajes, sino también acceder a información personal y datos de usuarios, incluso aquellos mensajes que se creían eliminados. Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, Telegram ha sido crucial para la comunicación dentro de Ucrania, pero las advertencias de espionaje por parte de Rusia han llevado a los funcionarios a reevaluar el uso de la plataforma.


El director de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budanov, presentó evidencia que mostró la vulnerabilidad de Telegram ante el espionaje ruso, lo que llevó al Consejo de Seguridad Nacional a prohibir su uso en dispositivos oficiales. La medida no afecta los teléfonos personales, pero deja claro que, en tiempos de guerra, la seguridad digital se convierte en una cuestión de supervivencia. Mientras Telegram sigue siendo una herramienta de información clave, su fiabilidad en cuanto a seguridad está siendo puesta a prueba en un conflicto donde la información es tan valiosa como las armas.


Ambos casos comparten un punto clave: la seguridad de Telegram, una plataforma que, si bien ha permitido una gran libertad de comunicación, ahora enfrenta crecientes críticas por su papel en facilitar el cibercrimen y el espionaje. Para las empresas, gobiernos y usuarios, el desafío es cómo seguir utilizando herramientas avanzadas sin comprometer la seguridad de sus datos más sensibles.


El arresto de su fundador, Pavel Durov, en Francia, en medio de acusaciones relacionadas con delitos en la plataforma, añade otra capa de complejidad a la historia. Si bien Durov ha defendido su creación como una plataforma para la libertad de expresión, los recientes incidentes demuestran que la línea entre la privacidad y el abuso de la tecnología es cada vez más difusa.


Con la expansión de Telegram a nivel global y el aumento del uso de chatbots, la pregunta sigue siendo si la plataforma puede adaptarse para proteger a sus usuarios del creciente número de ciberamenazas. Para muchos, la respuesta radica en un equilibrio delicado entre la innovación y la seguridad, en un mundo donde la información es el bien más preciado.


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