Por: Fernando Hernández
La 4ta Revolución Industrial, misma que se encuentra marcada por la proliferación en los avances tecnológicos, la cual ha desencadenado la forma en que se vive, relaciona e interconectan las personas, generando retos en aspectos como la seguridad de la información, cierre de brechas a exposiciones de ciberdelincuentes, mejorar la experiencia de cliente, así como cambios de procesos tradicionales que conlleven hacia la transición hacia nuevos sistemas, basados en una nueva infraestructura que soporten estas innovaciones tecnológicas.
Asimismo, el rol del Auditor Interno también ha mostrado una constante evolución, donde su participación cada día se vuelve más importante no solo para fines de control, sino para mostrar a los grupos de interés (stakeholders) los diferentes riesgos, el grado de exposición a ellos, así como el impacto en la toma de decisiones estratégicas; a su vez, el Auditor Interno ha tenido que adaptar sus procesos y planes de revisión a las nuevas tendencias que el mercado exige, como la adopción de herramientas tecnológicas que coadyuven a su labor, generando beneficios en la medición de indicadores clave de riesgo (KRI), rendimiento (KPI) y control (KCI).
El Auditor Interno ha pasado de documentar sus procesos, evidencia y resultados a través de formas tradicionales como documentos generados por procesadores de texto y hojas de cálculo, a implementar tecnologías de análisis cognitivo como inteligencia artificial, aprendizaje automático (machine learning), automatización robótica de procesos (RPA), entre otras; así como tecnologías que permitan analizar de manera integral, prospectiva y transversal, una gran cantidad de información como big data, desde cualquier parte del mundo con la computación en la nube (cloud computing) y desde cualquier dispositivo inteligente que permita mostrar la información analizada como el internet de las cosas (IoT).
Estas tecnologías permiten una mayor velocidad y agilidad para el análisis de datos, sin embargo, deben de pasar por procesos de aprendizaje y calibración, entendiéndose como enseñar a conocer e interpretar la información a través de algoritmos, con el fin de establecer patrones para llevar predicciones futuras; a su vez, estas herramientas permitirán eficientar y mejorar las actividades internas dentro de Auditoría Interna, simplificando los procesos y optimizando los recursos a disposición, integrando en sus procesos de análisis herramientas que permitan generar oportunidades de mejora en el desarrollo de sus planes de auditoría, manteniendo la claridad de la independencia jerárquica y técnica.
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En conclusión, las nuevas tendencias en cuanto a desarrollos y herramientas tecnológicas no deben de considerarse como el rival a vencer en la carrera de las auditorías, los auditores deben de ver estos cambios como aliados estratégicos conforme avanzan las tecnologías de la información y comunicaciones. Asimismo, el nuevo perfil del auditor interno, deberá tener también la capacidad de adaptar su plan de auditoría a los cambios vertiginosos en los modelos de negocio y la proliferación de canales electrónicos, donde una nueva habilidad blanda surge, como ser la resiliencia, debiendo acogerla ante cualquier cambio derivado por mercado o por cualquier situación de crisis que afecte las finanzas de la organización.
Datos del autor:Ingeniero en Ciencias de la Computación – Universidad Católica de Honduras (UNICAH) Máster en Administración Empresarial y de Negocios (MBA) – Escuela Europea de Dirección Empresarial (EUDE), Madrid, España Certificado en Riesgo Tecnológico y Ciberseguridad – Nemesis Risk Certificado en Transformación Digital – Instituto Europeo de PostGrado Certificado Auditor Interno en las normas ISO 9001:2015, ISO 14001:2015 e ISO 45001:2018 – BeCert Group | Certificaciones ISO (https://app.becert.pe/e/90P4XjuuSl6BMqGEZxY1PfnnVnr8D6) Ganador Latinoamericano del 7o Concurso ensayos sobre Auditoría Interna Bancaria 2020 – FELABAN
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