La revolución tecnológica está remodelando y desafiando a las instituciones a abrazar la digitalización y personalización para satisfacer las demandas de los clientes. ¿Cómo afecta esta transformación a la infraestructura y gestión de datos bancarios?
Por Oscar Rojas, director de negocio y estrategia de IA e innovación en Bjumper.
La rápida evolución tecnológica, impulsada por la cuarta revolución industrial, está teniendo un impacto profundo en el sector bancario. No se trata solo de una transición hacia lo digital, sino de una transformación completa en la forma en que las instituciones bancarias operan y brindan valor a sus clientes. Los bancos se enfrentan al desafío de adaptarse a un mundo digitalizado donde los clientes buscan servicios más rápidos, personalizados y seguros.
Según cifras de Eurostat, el porcentaje de personas de 16 a 74 años en España que recurren a internet para realizar operaciones bancarias aumentó del 23% en 2009 al 55% en 2019. Esto indica que más de la mitad de los ciudadanos españoles dependen de las plataformas digitales bancarias, subrayando el progreso y la relevancia de la transformación digital en el sector bancario. Tecnologías emergentes como el Big Data, Blockchain, Cloud Computing y la inteligencia artificial están redefiniendo e incluso revolucionando el concepto tradicional de banca.
La transformación digital en la banca presenta tanto oportunidades como desafíos, desde el escepticismo y las preocupaciones de seguridad hasta las regulaciones complejas. No obstante, la digitalización ofrece análisis de datos en tiempo real, mejora de servicios y anticipación de las necesidades del cliente, lo que conlleva una eficiencia y personalización sin precedentes.
Los casos de éxito en la transformación digital bancaria se caracterizan por su capacidad para adaptarse rápidamente a las necesidades de los clientes y por fomentar una cultura organizativa abierta a la innovación, así como un liderazgo comprometido con la visión digital.
En el centro de esta transformación digital se encuentra el dato. Sin embargo, es importante comprender que, sin una supervisión adecuada de las infraestructuras físicas de TI y electromecánica, esta transformación no sería posible. Sin datos confiables y seguros, la verdadera transformación no puede tener lugar. La gestión y el análisis de datos son aspectos cruciales en esta era de digitalización. Tecnologías avanzadas como el Big Data e inteligencia artificial permiten a los bancos procesar e interpretar grandes cantidades de información a una escala antes inimaginable. Pero es fundamental recordar que, si las aplicaciones que brindan servicios a los clientes están alojadas en servidores virtuales, y estos servidores a su vez se encuentran en equipos físicos dentro de centros de datos, es esencial tener un seguimiento completo del dato desde la infraestructura física hasta las aplicaciones. Esto es crucial para garantizar la eficiencia, seguridad y disponibilidad de los servicios bancarios.
La banca del futuro no solo estará más enfocada en el cliente, adaptando sus servicios a las necesidades individuales y fusionando más tecnologías digitales, sino que también requerirá una comprensión profunda y una gestión impecable de toda la cadena de suministro de datos.
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