El presidente electo Donad Trump evalúa la creación de un nuevo cargo en su administración para liderar los esfuerzos de política pública y desarrollo tecnológico en inteligencia artificial, marcando un giro estratégico hacia la tecnología emergente. La influencia de Elon Musk en el potencial cargo.
El gobierno de Donald Trump, aún en fase de transición, está considerando establecer un puesto dedicado exclusivamente a coordinar la política federal en inteligencia artificial (IA). Según informó Axios, este “zar de la IA” tendría como misión principal asegurar que Estados Unidos mantenga su liderazgo en la carrera tecnológica global. Aunque la decisión aún no es definitiva, el solo planteamiento subraya la prioridad que la próxima administración otorgará a las tecnologías emergentes.
La figura del “zar de la IA” sería un puente entre los sectores público y privado, canalizando recursos para potenciar el desarrollo de la IA en áreas clave. Este rol no necesitaría aprobación del Senado, lo que permitiría una implementación más ágil de los planes tecnológicos del nuevo gobierno.
Elon Musk, fundador de xAI y reconocido por su influencia en el sector, podría desempeñar un papel clave en la configuración de esta nueva oficina. Aunque no asumiría directamente el cargo, se espera que, junto al empresario y político Vivek Ramaswamy, lideren un grupo externo llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que asesorará sobre la elección del titular.
De acuerdo al informe, la creación de esta oficina podría tener amplias implicaciones:
Fortalecimiento de capacidades federales: El “zar de la IA” trabajaría con oficiales de inteligencia artificial de diversas agencias, una figura establecida por el gobierno de Biden, para implementar soluciones que optimicen procesos y reduzcan el fraude.
Inversión privada: Se buscará fomentar una colaboración estrecha con el sector privado para atraer inversiones masivas, especialmente en energía, necesaria para sustentar el crecimiento de la IA.
Competencia empresarial: La relación cercana de Musk con la administración ha generado preocupaciones entre otros líderes del sector, como Sam Altman de OpenAI, quienes temen un posible favoritismo hacia sus compañías.
El interés de Trump por la IA se alinea con su intención de priorizar áreas de alto impacto tecnológico en su administración. Esto se suma a otros movimientos recientes, como la exploración de un “zar de criptomonedas” para liderar los esfuerzos en regulación y desarrollo de activos digitales.
De concretarse, esta figura podría ser un catalizador para que Estados Unidos no solo avance en la adopción de IA, sino también en el establecimiento de estándares globales éticos y técnicos en esta tecnología. El desafío, sin embargo, radica en equilibrar los intereses corporativos, la seguridad nacional y la transparencia, especialmente en un contexto donde la IA redefine tanto las oportunidades como los riesgos para la sociedad.
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