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Una conectividad superior requiere de chipsets específicos

La conectividad a Internet se encamina a velocidades superiores a las que se conocen en la actualidad y proponen una navegación superior, constante y veloz.

Por ejemplo, en varios países de América Latina, hay proveedores de telecomunicaciones que brindan el servicio de red 4.5G, o LTE Avanzado, la cual promete descargas veloces, sin embargo esto depende de un conjunto de condiciones para que realmente ocurra.

Aunque la meta de las telcos es incrementar la velocidad de navegación, se requieren varios aspectos tecnológicos fundamentales para que esto suceda.

Por un lado, los operadores deben actualizar su infraestructura y por otro, que los smartphones posean los chipsets adecuados que, entre otras cosas, soporten la agregación de portadoras (Carrier Aggregation) y un adaptado diseño de RF.

Esto implica tomar dos canales y juntarlos para crear un canal más amplio en el que se incrementa el tráfico de datos, en otras palabras: más ancho de banda.

Haciendo un símil, es como pasar de una carretera de una vía a una de mayor amplitud para incrementar la circulación y la fluidez, por mencionar algo. Sin embargo, este aspecto está supeditado a la cantidad de personas conectadas en una celda de telefonía y a la disponibilidad de este servicio en esa celda.

Aunque el Carrier Aggregation solía encontrarse en los teléfonos de gama alta, la entrada al mercado de Sistemas en Chip (SoC por sus siglas en inglés) de MediaTek ha extendido su presencia a dispositivos de gama media.

“Tenemos una familia de SoC que soportan Carrier Aggregation: los Helio A22, P22, P35 o el P60. El objetivo es traer esa característica a los nuevos teléfonos premium y masificarla sin impactar su economía y para que naveguen a mayor velocidad”, indicó Amikam Yalovetzky, gerente de ventas senior de MediaTek.

¿Cómo será la experiencia 4.5G?

En teoría, la navegación en un entorno de red LTE superior debería entregar velocidades dobles y los usuarios lo apreciarían en la fluidez de navegación, descarga de contenidos con menos pausas y menos cortes, indicó Yalovetzky.

Sin embargo, no debe perderse de vista el factor de disponibilidad a Internet así como la cantidad de conexiones a la red o la ubicación geográfica en relación con la celda. Cabe recalcar que no es solo la marca de un teléfono, sino que el microprocesador incorpore la tecnología de agregación de portadoras.

Datos de la industria señalan que para finales de 2017 había 18 mercados de Latinoamérica y el Caribe con al menos una red LTE-A en funcionamiento.

El reto para llegar a una navegación de calidad superior sigue dependiendo del incremento del espectro para los servicios móviles completamente disponibles.

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